Luego de unas merecidas vacaciones de Semana Santa, descansar, compartir en familia y estar en aquellos lugares que nos exponen al agua salada y al sol, es necesario examinar la piel. Para que el sol tenga un buen funcionamiento en nuestro organismo como fuente natural de vitamina D es necesario exponernos solo de 5 a 10 minutos, sin embargo, si no se hace correctamente puede ser un peligro para la piel, pues esta suele deshidratarse y junto con el sudor se genera humedad lo que da lugar a una piel vulnerable a infecciones.
Es por esto que luego de pasar unas vacaciones bajo el sol, al retorno, es ideal volver a las rutinas del cuidado de la piel, para eliminar las posibles manchas, pecas o arrugas que puedan surgir a futuro por no cuidar adecuadamente la piel después de tomar el sol.
Aquí te presentamos una corta rutina de cuidado de la piel en tres pasos para esos días después de unas vacaciones, con productos de muy buena calidad y lo mejor… ¡Súper económicos!
Paso 1: Exfoliación
Limpiar la piel y exfoliarla es el primer paso para mejorar la piel, sobre todo cuando hace muchos días que no se ha hecho ningún tratamiento. Con ello lograremos eliminar células muertas, impurezas, rugosidades de la piel para dejarla limpia y preparada para todos los tratamientos. Cuando exfoliamos la piel, a la vez la limpiamos en profundidad, lo que mejora la formación de nuevas células, la formación de colágeno y la captación de agua externa con lo que se consigue una mayor hidratación de la piel.
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Paso 2: Mascarillas reparadoras
Las mascarillas van a nutrir y a reparar, es el tratamiento en profundidad que necesitamos después de las exfoliaciones. Las mascarillas que nos van a beneficiar, son las que contienen componentes regenerantes, como puede ser aceites nutritivos, con factor de crecimiento epidérmico, entre otras, según la necesidad de tu piel y el tipo de la misma.
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Paso 3: Hidratación profunda
Una vez hemos hecho la exfoliación y hemos colocado la mascarilla reparadora, toca el mantenimiento, acabar con una hidratación en profundidad. Mientras estamos todavía algo bronceados lo ideal es hidratar y nutrir para mantener la piel bronceada más tiempo, aunque estas células irán desprendiéndose poco a poco y llega un momento que es preferible volver a exfoliar la piel para que pueda verse el tono homogéneo.
Cuando se ha ido marchando el bronceado se visualizan más las manchas que han podido salir por el sol. Son zonas que se han pigmentado más y que ahora toca hidratar. En estos casos colocar cremas de hidratación profunda en la cara o sérums puede resultar la mejor decisión.
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